lunes, 30 de abril de 2012

04|||30.04.91

Lunes, 30 de Abril de 1991.

Te vi aparecer y mi vida cambió, de la forma mas bonita que podría pedir, estaba cantando mis penas. Te vi entrar, pasar con una brisa fugaz, fuerte, pero tan suave y cálida al mismo tiempo.  Debia haberla tomado y cuidarla hasta el día de mi muerte. En ese momento sentí como mi corazón dejó de latir, dejé de sentirme tan solitaria. Nací para encontrarte y amarte, para salir de lo teñido de negro... abandonar mi soledad, para evitar caminar sin rumbo. Ahora sigo cantando mis penas acompañada de ti pero con una sonrisa en mi rostro y dejando que las lágrimas azules se deslicen en mi piel.



Te vi pasar y el otoño apareció ante mis ojos, vi nubes de mil formas y colores, vi calidad en los sonidos y en las palabras. Comencé a interpretar y crearme a mi misma. Apareció una parte de mi que desconocía. Te agradecí por fortalecer mi fragilidad, por dar motivos a mi sensibilidad, por soportar este cuerpo tan pesado y por hundir estas pisadas en la arena para crear mi propio camino y ver hacia atrás y recordarte que tu me has salvado más de una vez.



La armonía se hizo presente, la melodía te acompañó, ritmo como  flujo de un movimiento sonoro... formó la música de una vez.



Esta entrada a mi pequeño libro no es más que para hacer una breve pausa a mi vida, y dejar que la música me reviva una vez más. Para retomar algo que había dejado atrás por causas sin motivo verdadero. Ahora por fin daré comienzo a algo que me llene y me saque más de una sonrisa, y más de una lágrima clara. Se han pintado colores mi alma, mi cuerpo y mis ideas; mi esencia completa.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.